lunes, 17 de noviembre de 2008

Una dieta rica en aceite de oliva puede reducir la incidencia de la obesidad, diabetes y la hipertensión, según expertos

Una dieta rica en aceite de oliva puede reducir la incidencia de la obesidad, diabetes y la hipertensión, según expertos

   JAÉN, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Una dieta rica en aceite de oliva puede disminuir la incidencia de la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial, algo que ponen de relieve numerosos estudios experimentales, epidemiológicos y clínicos, como destacó el el doctor Federico J. C-Soriguer Escofet, que moderará el simposio 'Aceite de oliva, obesidad, síndrome metabólico y diabetes' en el marco del II Congreso Internacional Aceite de Oliva y Salud (CIAS 2008) que se celebrará del 20 al 22 de noviembre en Jaén y Córdoba.

   La organización del encuentro recordó en un comunicado que la prevalencia de estas enfermedades aumentan año tras año hasta alcanzar el carácter de una gran epidemia mundial. "Aunque hay un componente genético, el factor más importante de esta alta prevalencia son los cambios en los hábitos de vida, especialmente el sedentarismo y la dieta", explicó C-Soriguer Escofet.

   Según añadió el especialista, miembro del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga, en lo que respecta a la dieta probablemente el factor más importante ha sido el aumento de las grasas, especialmente de las grasas saturadas, y también el disbalance entre las grasas polinsaturadas: por un lado, el aumento de los ácidos grasos n-6 (los que proceden de semillas), y por otro, la disminución de los ácidos grasos n-3, procedentes de algunos vegetales y de los pescados.

   "En este contexto, el descubrimiento del valor biológico del tercer grupo de grasas, las monoinsaturadas, como el aceite de oliva, están ocupando el interés creciente de la comunidad científica", apuntó. De hecho, numerosos estudios experimentales, epidemiológicos y clínicos han corroborado que una dieta rica en aceite de oliva, como la mediterránea, puede disminuir la incidencia de algunas patologías como la obesidad, la diabetes mellitus tipo dos o la hipertensión arterial, así como reducir la resistencia periférica a la acción de la insulina.

   Este y otros asuntos se tratarán en el II Congreso Internacional Aceite de Oliva y Salud (CIAS 2008), donde C-Soriguer Escofet moderará un simposio sobre aceite de oliva, obesidad, síndrome metabólico y diabetes en el que los diferentes ponentes expondrán cómo la dieta mediterránea puede atenuar el crecimiento de estas patologías.

   "La clave radica en que una dieta rica en aceite de oliva puede disminuir la respuesta inflamatoria, que hoy se considera parte del origen de estas enfermedades y por tanto disminuir la incidencia de la obesidad y de la hipertensión arterial, además de mejorar la hiperlipidemia postpandrial, el exceso de grasas en la sangre después de la ingestión de un nutriente".

LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

   Actualmente se trabaja en cinco grandes líneas de investigación relacionadas con estas patologías: aceite de oliva e inflamación; aceite de oliva y metabolismo postpandrial (la concentración de triglicéridos en sangre después de las comidas); aceite de oliva y resistencia periférica a la acción de la insulina; aceite de oliva y expresión de genes relacionados con el metabolismo de los carbohidratos y las grasas; y por último, el estudio del papel de los componentes menores del aceite de oliva virgen sobre el metabolismo intermediario. Sus últimas aportaciones se expondrán en CIAS 2008.

   "El aceite de oliva virgen es el denominador común de todas las dietas de los países mediterráneos, sin embargo, no debe considerarse como un fármaco sino contextualizarlo en esa dieta. Una dieta mediterránea no es concebible sin el aceite de oliva pero debemos conseguir imponer en nuestras sociedades uno de los valores más importantes de la dieta mediterránea: la frugalidad, es decir, la moderación en la comida y en la bebida", afirmó.

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sábado, 1 de noviembre de 2008

El aceite de oliva retrasa las enfermedades crónicas y aumenta la calidad de vida

El aceite de oliva retrasa las enfermedades crónicas y aumenta la calidad de vida

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   MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) - 

El aceite de oliva retrasa la aparición de enfermedades crónicas y aumenta la calidad de vida en la vejez por su riqueza en grasa monoinsaturada, en antioxidantes y micronutrientes.

Así lo señaló hoy el doctor Francisco Pérez Jiménez, en referencia a varios estudios que serán presentados durante el II Congreso Internacional sobre Aceite de Oliva y Salud (CIAS 2008), que se celebrará en Córdoba y Jaén del 20 al 22 de noviembre de 2008.

   El envejecimiento es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida y cuyas manifestaciones principales están favorecidas por la presencia de un fenómeno oxidativo. "Y es aquí donde entra el aceite de oliva, que como parte de la dieta mediterránea puede amortiguar dicha inflamación y retrasar la aparición de dichas enfermedades", apuntó Pérez Jiménez.

   A diferencia de otros aceites como el de maíz, almendra o soja, el aceite de oliva previene el envejecimiento por su riqueza en grasa monoinsaturada, que cuando se incorpora al organismo ejerce efectos más beneficiosos que otras grasas, en cuanto a la tasa de colesterol, la tensión arterial y la prevención de la oxidación.

   Por otro lado, su riqueza en antioxidantes y micronutrientes,"una característica específica de los aceites virgen y virgen extra", destaca Pérez Jiménez, puesto que el resto de los aceites han de ser refinados para su consumo con lo que pierden dichos componentes.

   "Tanto el efecto de la grasa, disminuyendo los factores de riesgo y la oxidación, como sus micronutrientes, son favorables para la salud al reducir los mecanismos que favorecen el desarrollo de las enfermedades crónicas", explica.

MEJOR CALIDAD DE VIDA

   Por otra parte, como parte de la dieta mediterránea, mejora la calidad de vida ya que favorece la longevidad. "Este fenómeno se ha localizado con dietas sanas, aunque no hubiera aceite de oliva presente en la dieta. Pero sin duda la dieta mediterránea, que incluye al aceite de oliva como grasa fundamental, es uno de los mejores modelos. La mayor calidad de vida en la vejez se atribuiría al hecho de que dicha dieta disminuye las enfermedades crónicas, como las cardiacas, el cáncer y las neurodegenerativas".

   "Cada día hay más información relativa a los efectos saludables que supone la presencia de microcomponentes y antioxidantes en el aceite de oliva, por lo que la producción debería orientarse a conseguir aceites ricos en dichos productos, de lo que son un ejemplo los aceites virgen y virgen extra de mayor calidad", advirtió.

   Los últimos resultados de la investigación sobre el papel del aceite de oliva en la prevención del envejecimiento se expondrán en el simposio específico sobre esta temática, que moderará Pérez Jiménez dentro del congreso y que, además, abordará el papel de la inflamación en el proceso de envejecimiento o la fisiopatología del envejecimiento y longevidad, entre otros temas.

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lunes, 27 de octubre de 2008

desaparición de grasas 'trans' de la alimentación de los españoles

Senado insta al Gobierno a pactar con la industria la desaparición de grasas 'trans' de la alimentación de los españoles

La Comisión de Sanidad y Consumo del Senado aprobó hoy por unanimidad una moción presentada por Entesa Catalana de Progrès que insta al Gobierno a trabajar, en colaboración con la industria, en la eliminación o reducción del uso de grasas trans en los alimentos de consumo humano, sobre todo en aquellos que se sirven en restaurantes, comedores escolares u hospitales, y a informar obligatoriamente de su presencia en la composición de un producto y del porcentaje de la misma.

MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

La Comisión de Sanidad y Consumo del Senado aprobó hoy por unanimidad una moción presentada por Entesa Catalana de Progrès que insta al Gobierno a trabajar, en colaboración con la industria, en la eliminación o reducción del uso de grasas trans en los alimentos de consumo humano, sobre todo en aquellos que se sirven en restaurantes, comedores escolares u hospitales, y a informar obligatoriamente de su presencia en la composición de un producto y del porcentaje de la misma.

El senador por Lleida Josep María Esquerda, presidente de la Comisión de Sanidad del Senado y encargado de defender la moción, recordó que estas grasas, presentes por su bajo coste en casi el 40 por ciento de los alimentos que consumimos y sobre todo en los productos que más consume la población infantil --entre ellos pizzas, golosinas o productos cárnicos precocinados--, han demostrado ser perjudiciales para la salud.

"El consumo de cinco gramos de grasas trans aumenta cinco veces nuestras posibilidades de sufrir un infarto", advirtió el senador de la Entesa , quien añadió que esta grasa, prohibida desde 2004 en países como Dinamarca por encima del 2 por ciento y recientemente eliminada de la alimentación de los neoyorquinos, eleva el denominado 'colesterol malo', favorecen la resistencia a la insulina y fomentan la obesidad infantil.

"La Estrategia NAOS (contra la obesidad infantil) y el Código PAOS (de autorregulación de la publicidad dirigida a los menores) han resultado ser herramientas con resultados altamente satisfactorios que ha hecho que la industria y la hostelería ya se hayan adaptado a esta exigencia del mercado, por lo que una norma en este sentido sólo podrá beneficiar a estas empresas y perjudicar a aquellas a las que no les ha importado antes la salud del ciudadano", aseveró.

De acuerdo con estos argumentos se mostró la senadora socialista Raquel Miriam Andrés, quien se mostró especialmente preocupada por las consecuencias que la alimentación con grasas trans traerá a la población infantil y que abogó por que España "insista" en la Unión Europea (UE) para sacar adelante este tipo de iniciativas, que por el momento continúan en fase de estudio.

Para la senadora de CIU Rosa Nuria Aleixandre, lo esencial será hacer hincapié en la obligación que tienen las empresas de informar a los usuarios "de lo que están comiendo" y dejarles elegir "lo que quieren comer" a través de una formación previa e información "veraz". Por ello apuesta por que Sanidad realice "un pacto con la industria" que, de forma "cautelosa" para no perjudicar a nadie en los tiempos de crisis que corren, poder asegurar una alimentación más saludable a los ciudadanos.

En este punto quiso insistir la senadora 'popular' María Dolores Pan, quien previno a Soria de seguir adelante con la "bochornosa" pelea que, a su juicio, inicio la anterior ministra de Sanidad, Elena Salgado, contra la cadena de comida rápida Burger King. Para Pan, el de Salgado "no es el camino a seguir para poner en marcha políticas de prevención" ni para erradicar estas grasas que, dice, son "muy peligrosas" para la salud.


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viernes, 26 de septiembre de 2008

Los riesgos de consumir grasas trans

Los riesgos de consumir grasas trans
Los macronutrientes, como los hidratos de carbono, proteínas y grasas, suministran la mayor parte de la energía metabólica al organismo. Si a éstos se les agregan grasas sometidas al proceso de hidrogenación, podrán resultar muy sabrosos, pero son a la vez muy dañinos al organismo. El Instituto de Oncología Gustave Roussy y el Instituto Nacional de Sanidad y de Investigación Médica de Francia (Inserm) encontraron que las mujeres que consumen alimentos con altos contenidos de ácidos grasos o grasas trans (transformados) tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de mamas, el más frecuente entre las mujeres.

En sus estudios igualmente hallaron que los ácidos grasos "omega-3" del pescado no protegen contra este tipo de cáncer, como se creía. Estas grasas también aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, pues suben el "colesterol malo", LDL (Low Density Lipoprotein o Lipoproteínas de Baja Densidad) en la sangre y disminuyen el "colesterol bueno", HDL (High Density Lipoprotein o Lipoproteínas de Alta Densidad).

Pero, ¿qué son los ácidos grasos trans o grasas trans? Sin estar en contra de algún producto o fabricante de alimentos industrializados en particular, debo decir que, producto de los procesos industriales a los que son sometidos determinados aceites vegetales líquidos (Semillas de girasol o soya), el resultado ha sido la creación de productos nocivos para la salud, a los que no les veo mayor ventaja que los aceites de origen animal que usaron nuestros abuelos. Mediante la inyección de hidrógeno gaseoso a estos aceites, consiguen solidificarlos, aumentar su vida útil, modificar su aspecto físico, potenciar su sabor, mejorar su textura, además de abaratar sus costos, lo que aporta cuantiosos beneficios a una gran industria en todo el mundo: la industria alimenticia.

 Estos son los ácidos grasos insaturados o grasas trans, que se encuentran principalmente en los alimentos industrializados, como los snacks y aperitivos salados (palomitas o papitas fritas), productos precocidos (Empanadas, croquetas, canelones o pizzas), galletas, los horneados, las margarinas y la pastelería industrial, en los que se utilizan diferentes tipos de aceites y grasas. En estos tiempos es difícil evitar las grasas trans, ya que forman parte de muchos alimentos, pero si se abusa de ellas, las consecuencias para la salud pueden ser muy graves.


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Grasas trans aumentan riesgo de aborto

Grasas trans aumentan riesgo de aborto

Un nuevo estudio sugiere que los ácidos grasos trans, las grasas "sólidas" malas que tapan las arterias e inducen la enfermedad cardiovascular, aumentarían también el riesgo de muerte fetal en el embarazo.

El equipo del doctor Charles J. Glueck, del Centro del Colesterol del Hospital Judío en Cincinnati, Ohio, identificó un alto porcentaje de pérdida de embarazos entre mujeres que consumían altos niveles de ácidos grasos trans.

Esos ácidos, o grasas trans, están en los alimentos procesados con aceites parcialmente hidrogenados. Estudios previos también hallaron una relación entre el alto consumo de grasa trans y una mayor resistencia a la insulina. Esto, a la vez, eleva la actividad de un inhibidor activador del plasminógeno, que está asociado con la pérdida del embarazo.

Para comprender mejor la relación entre los ácidos grasos trans y el aborto espontáneo, el equipo analizó el consumo de grasas trans entre las participantes de un sondeo sobre factores de riesgo cardiovasculares desde la infancia hasta la edad adulta.

El equipo concentró la investigación en 104 mujeres con por lo menos un aborto espontáneo durante 25 a 30 años de seguimiento, publicó la revista Fertility and Sterility.

El equipo evaluó el consumo de grasas trans cuando las mujeres tenían unos 39,5 años, en promedio. El 57% dijo que no había perdido un bebé, el 24% dijo que había perdido uno y el resto dijo que había perdido dos o más embarazos.

Tras categorizar a la cohorte según el consumo promedio de grasas trans, el equipo halló que la tasa de aborto espontáneo aumentaba del 30% entre aquellas mujeres con el menor consumo de ácido grasos (un 2,2% de las calorías totales) al 52% en el grupo de participantes que más grasas trans ingerían (un 4,7 por ciento).

A medida que aumentaba el porcentaje de grasas trans, crecía el riesgo de sufrir una o más pérdidas fetales. Esa relación fue independiente del índice de masa corporal, los niveles de insulina y glucosa en sangre y de otros factores potencialmente asociados con el riesgo de aborto espontáneo.

Aunque se necesitan más estudios para confirmar la relación entre la pérdida del feto y el consumo de ácidos grasos trans, el equipo opina que limitar su consumo sería bueno para el embarazo.

Las recomendaciones alimentarias vigentes indican limitar el consumo de grasas trans a menos del 1% de las calorías totales, insistió el equipo.
Fuente: Reuters


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martes, 23 de septiembre de 2008

La guerra a las grasas “trans”

California, primer estado americano que las prohíbe en restaurantes para luchar contra la obesidad

La guerra a las grasas "trans"

California, año 2010. Ningún restaurante, cafetería o panadería servirá productos que contengan grasas "trans". En 2011 tampoco podrán comercializarse en tiendas minoristas de productos horneados. Sólo los alimentos envasados estarán fuera de esta regulación. Saltarse la nueva ley que se aprobó el pasado mes de julio y que entrará en vigor en el plazo de dos años podrá costar al establecimiento transgresor entre 25 y mil dólares.

Cristina Abad Cadenas/Aceprensa - 18-09-08

Las grasas trans preocupantes son resultado de la manipulación industrial de ciertas grasas vegetales mediante hidrogenación

El gobernador Arnold Schwarzenegger se ha mostrado muy satisfecho de que su estado sea el primero en declarar la guerra a las "trans". La realidad es que los efectos de los ácidos grasos insaturados sobre la población californiana son alarmantes. Por ejemplo, el sur de Los Ángeles, la ciudad más grande de California, concentra el mayor porcentaje de restaurantes de comida rápida de la ciudad (un 45% frente al 16% de la ciudad) y el índice más elevado de obesidad infantil (un 29% ). Por ello, el Ayuntamiento prohibió también el pasado mes la apertura de nuevos establecimientos de este tipo en la zona, medida que podría prolongarse otro año más. California es el primer estado en prohibir estas grasas en restaurantes, pero sigue el ejemplo de otras ciudades norteamericanas como Nueva York, Filadelfia y Seattle. La cuestión se ha convertido en uno de los intereses del gobernador-actor que el pasado año ya prohibió su uso en la preparación de comidas para colegios.

La cuestión no preocupa sólo a Schwarzenegger. Desde marzo de 2004, la agencia reguladora de alimentos y medicamentos de Estados Unidos (FDA) exige a los fabricantes de alimentos que todas las etiquetas nutricionales contengan información sobre la presencia de grasas "trans" en cualquier producto, al igual que Canadá. Incluso existe un movimiento popular contra ellas similar a la campaña inglesa, Ban Trans Fats que insta a la población a desechar estos lípidos de las despensas.

En Europa, cuestión de etiquetas

El gobierno danés fue el primero de Europa en rechazar los ácidos grasos "trans" al aprobar en 2004 una ley que prohibía la presencia de más de un 2% de este lípido en cualquier alimento. Suiza también dio luz verde a una medida similar, tras publicarse un estudio que demostraba que más de un tercio de 120 productos analizados contenía un porcentaje excesivo de "trans". En Islandia y Finlandia se ha reducido el consumo debido a la decisión de muchos productores de disminuir su presencia en sus artículos. Sin embargo, en otros países la cuestión no parece prioritaria y, para algunos expertos, se hace necesaria una legislación a nivel europeo que regule por lo menos el etiquetado. Pero todavía no hay unanimidad.

Lo cierto es que el tema es objeto de debate de la Comisión Europea que quiere desarrollar una política favorable a la disminución en la ingesta de nutrientes que supongan un riesgo para la salud cardiovascular, sobre todo de las grasas saturadas y "trans".En España, la estrategia NAOS del Ministerio de Sanidad y Consumo para combatir la obesidad procura reducir la presencia de estas grasas en los productos alimenticios, a través de un convenio firmado por la entidad con la industria alimentaria y las empresas de restauración, pero aún no existe una regulación, aunque sí una normativa más estricta de etiquetado nutricional. Por ejemplo, la mayoría de las margarinas ya no se fabrican a partir de estas grasas, pero realmente no existe ninguna obligación de cumplir con este compromiso.

¿Qué son las "trans"?

Son un tipo de ácido graso insaturado que se encuentra básicamente en alimentos industrializados sometidos a un proceso de hidrogenación y que aumenta los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la sangre al tiempo que disminuyen las lipoproteínas de alta densidad (HDL, lo que llamamos el "colesterol bueno"), provocando un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Las grasas "trans" preocupantes son resultado de la manipulación industrial de ciertas grasas vegetales mediante hidrogenación, un proceso que se implantó a primeros de siglo pero que no se popularizó hasta los años 60 como sustituto de las grasas saturadas animales que, en exceso, tenían un efecto nocivo para la salud. De esta forma, se obtienen, de manera sencilla y económica, aceites muy útiles para la industria alimentaria que mejoran la perdurabilidad, el sabor y la textura de los productos. Según los estudiosos estos ácidos grasos parecen incrementar el riesgo de padecimiento de enfermedades cardiovasculares, así como de cánceres y diabetes tipo II.

A finales de julio de 2006, la revista The New England Journal of Medicine concluía en una revisión sobre el tema que estos lípidos elevan el nivel de LDL o "colesterol malo", disminuyen la presencia del HDL o "bueno", favorecen la arteriosclerosis y aumentan el riesgo cardiovascular. "El consumo de grasas saturadas conlleva un considerable daño potencial y, sin embargo, ningún beneficio aparente",  afirmaban los autores del informe. La publicación de este estudio provocó una oleada de reacciones. Cuatro grandes supermercados británicos se comprometieron a retirar los ácidos grasos "trans" de sus productos y, poco después, empresas como Kellogg's, Nestlé o Cadbury Schweppes, anunciaron su intención de reducir o retirar por completo estos lípidos de sus artículos.

Desinformación y confusión

Bajo la denominación de "grasa vegetal hidrogenada" que aparece en las etiquetas españolas se esconden las grasas "trans". Pero, según expertos como Raquel Bernacer, nutricionista de Unilever, empresa responsable de varias marcas alimenticias, como Flora o Knorr, eso no significa necesariamente que tenga ácidos grasos perjudiciales, ya que si se lleva a cabo una hidrogenación completa de las grasas vegetales, éstas se convierten en saturadas, y no se generan "trans". Según esto, sólo cuando leemos "grasas parcialmente hidrogenadas" debemos entender que contiene "trans".

Según la Fundación Española de Nutrición (FEN) "es bastante complicado hacer llegar a la población qué son exactamente las 'trans', cómo se generan, y por qué son dañinas, y tampoco se trata de crear una alarma general. Además, la ingesta de estas grasas en la población europea es bastante menor que la de grasas saturadas: entre 0,5% y 2% del aporte nutricional diario, frente a un 10,5-18% de grasas saturadas, según la agencia europea de seguridad alimentaria. El problema, en efecto, no está en el consumo ocasional, sino en el abuso de productos que contengan este tipo de grasas".

Un problema "muy gordo"

La cuestión está en la cantidad. Según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) de 2006, el 37,8 % de los españoles mayores de 17 años tienen sobrepeso y 15,6 % son obesos. La obesidad infantil, fenómeno desconocido en nuestras sociedades hasta fechas recientes, ya es un grave problema de salud pública que está obligando a los gobiernos a tomar medidas. La ENS de 2006 revela que el 8,9% de los niños y adolescentes de nuestro país son obesos. El problema de la obesidad radica en comer por encima de nuestras necesidades durante periodos de tiempo mantenidos. De entre los países de la Unión Europea, España se sitúa entre los que tienen más obesidad infantil, junto a Italia, Malta y Grecia. Y dentro de nuestro país, el número de niños que sufre sobrepeso u obesidad es mayor en el sur (Andalucía, Murcia e Islas Canarias), en las zonas rurales y entre la población con un menor nivel educativo y de renta.

En California también es un problema la obesidad infantil. Durante el mes de agosto dos miembros de la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles lanzaron una iniciativa que obligaría a cadenas de restaurantes a colocar en los menús la cantidad de calorías, grasa y sal. La discusión en Sacramento y en Los Ángeles se lleva a cabo mientras un estudio indica que el menú infantil de los restaurantes de comida rápida puede tener hasta más de mil calorías, lo que supone la cantidad de calorías que un niño de ocho años debe ingerir en un día.

Dos de cada tres adultos en el condado angelino viven con sobrepeso y alrededor del 28% de los niños, según datos del Departamento de Salud Pública. Para Harold Goldstein, director de California Center for Public Health Advocacy (CCPHA), uno de los problemas principales de la epidemia de obesidad radica en el tipo y la cantidad de comida que se ofrece en los restaurantes "chatarra". La reacción de los establecimientos no se ha hecho esperar. Daniel Conway, de la Asociación de Restaurantes del California, se ha mostrado contrario a la iniciativa por considerar que un gobierno local no debe "meter las manos" cuando ya hay una propuesta a nivel estatal que está siendo discutida.

Sobre la propuesta estatal, Conway dijo que las leyes deben ser flexibles para ajustarse a los diferentes restaurantes que existen en la industria. "Hay ocasiones en las que como consumidor no queremos ver cuántas calorías por plato y hay ocasiones en las que sí. La información debería estar disponible, pero no obligar al consumidor a verla si no quiere".



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lunes, 18 de agosto de 2008

Danger, grasas trans

NOTA ACLARATORIA: Desde mi punto de vista, esta nota informativa tiene ideas parcialmente ciertas, y algunos errores. Pero, tiene algunos datos interesantes. Es necesario discernir entre lo correcto y lo falso.
Atentamente,
Miguel Leopoldo Alvarado

Una hamburguesa puede contener 3 gramos de grasas trans.

Danger, grasas trans

Las papas fritas de los snacks aparecen a la cabeza del ranking de productos que están bajo la lupa. Recomiendan leer las etiquetas con detenimiento.

La grasa trans aparece como resultado de añadir hidrógeno a algunos aceites vegetales, un proceso químico llamado hidrogenación.
 
Concretamente, este proceso consiste en inyectar hidrógeno a los ácidos grasos poliinsaturados de los aceites de semillas como el de girasol o el de soja; se obtiene así lo que se conoce como grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas.

Lo que en realidad sucede es que parte de las grasas poliinsaturadas se transforman en grasas saturadas. De esta forma se modifica el aspecto físico de los aceites, que pasan del estado líquido al estado sólido. En el momento en que la configuración de la grasa se ve modificada es cuando se habla de grasas trans.
 
Por tanto, no todas las grasas hidrogenadas las contienen. En esta transformación, los aceites vegetales se enriquecen en grasas saturadas, que consumidas en exceso pueden provocar graves consecuencias para la salud.

La incorporación de este tipo de grasas hace que aumente la vida útil de los productos en los que se emplea este proceso, potencia su sabor y mejora su textura. Además, la adición de grasas hidrogenadas a los productos abarata los costos y beneficia a la industria alimentaria, explican los especialistas  Máximo Ravenna y Mariana Acebal.

¿En qué productos están?

Se encuentra con frecuencia en snacks y aperitivos salados (palitos o papas fritas), productos precocinados (empanadas, croquetas, canelones o pizzas), galletas, margarinas y panificación industrial.
 
Es importante consultar las etiquetas si se consumen estos productos con frecuencia. Según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de grasas trans debe representar menos del 1% de las calorías diarias ingeridas.

Si tomamos como ejemplo un adulto que consume un promedio de 2.000 calorías diarias y que cada gramo de grasa contiene 9 calorías, podemos estimar que 2 gramos, aproximadamente, es la cantidad de grasas trans que una persona puede soportar por día; 5 gramos ya se considera peligrosa.

Cómo juegan en la salud

En una dieta equilibrada el consumo de productos que incluyen grasas trans no va a provocar consecuencias negativas para la salud. El problema radica en el abuso de estos productos, ya que además de provocar un aumento de peso suponen un riesgo para la salud.

Con el paso de los años son cada vez más los estudios que determinan las consecuencias que tiene un exceso de grasas trans en la dieta, todavía más graves que las que producen las grasas saturadas. El mayor problema es que sus efectos se producen a largo plazo. La principal consecuencia, conocida desde hace años, es su influencia sobre el colesterol.

Abusar de este tipo de grasas contribuye a aumentar los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre, lo que provoca un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Concretamente, hacen que disminuya el colesterol "bueno" o HDL y elevan el "malo" o LDL. Sin embargo, el colesterol no es el único afectado por la presencia de las grasas trans. También pueden retrasar el crecimiento y la maduración del cerebro.

Pero no hace falta ser una gran industria para transformar el aceite vegetal en grasas trans. Algunos tratamientos domésticos, como la fritura, pueden acabar transformando los ácidos grasos en trans.

Una fritura mal realizada acaba por oxidar y descomponer el aceite, modificando su estructura. Por eso se recomienda que el aceite no supere nunca los 180ºC y no reutilizar el mismo nunca más de tres o cuatro veces.

"Muchos productos poseen en sus envases información engañosa para el consumidor; por ejemplo, leyendas como '100% aceite vegetal', lo cual es cierto pero no aclara que posee grasa vegetal transformada en grasa trans por lo tanto, es vital leer el rotulado nutricional de la etiqueta para poder identificar si posee grasas trans y en qué cantidad", advierte Ravenna. / LN



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lunes, 28 de julio de 2008

Grasas trans prohibidas en California

California prohíbe las grasas "trans" en los restaurantes

sábado 26 de julio de 2008 11:56 CEST

 

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SAN FRANCISCO, EEUU (Reuters) - Arnold Schwarzenegger ha aprobado una ley que convierte a California en el primer estado del país que prohíbe que los restaurantes preparen comidas con grasas "trans", que obstruyen las arterias y elevan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

La iniciativa entrará en vigor en 2010 en toda California, un estado que marca tendencia, donde la legislación a favor de una alimentación saludable ha ganado fuerza en los últimos años.

Nueva York y Filadelfia están entre las otras jurisdicciones estadounidenses que tienen leyes contra las grasas "trans".

"California es líder en promover salud y nutrición, y estoy contento de continuar esa tradición de ser el primer estado en la nación en eliminar las grasas 'trans'", dijo Schwarzenegger, un ex campeón de culturismo.

"El consumo de grasas 'trans' está relacionado con enfermedades coronarias, y hoy estamos dando un gran paso hacia la creación de un futuro más sano para California", agregó el gobernador.

En octubre pasado, Schwarzenegger firmó una ley prohibiendo las grasas "trans" artificiales en la comida que se sirve en los colegios públicos.

Los miembros de la Asociación de Restaurantes de California acatarán la legislación, a pesar de haberse opuesto a la iniciativa, argumentando que esta debería ser una ley de carácter general y no local.

Las grasas "trans" son utilizadas en los alimentos fritos como una alternativa a otros aceites más sanos cuya estructura no se mantiene a altas temperaturas y como una forma de prolongar la vida de productos horneados.

El consumo de grasas "trans", usualmente bajo la forma de aceites vegetales parcialmente hidrogenados, eleva el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, según las autoridades sanitarias.

La cadena de restaurantes más grande del mundo, McDonald's, eliminará estos aceites de sus comidas antes de que la iniciativa entre en vigor, dijo su portavoz, Danya Proud.

La tercera franquicia de hamburguesas, Wendy's, eliminó estos aceites en 2006, mientras que Yum Brands, KFC y Taco Bell realizaron la transición el año pasado, en Estados Unidos.

Burger King ha prometido eliminar esta forma de cocinar para finales de año.


sábado, 26 de julio de 2008

Golpe a Burger y McDonald's: California prohibió las grasas trans

Golpe a Burger y McDonald's: California prohibió las grasas trans

California se convierte en el 1er. estado de USA que prohibe las 'grasas trans'. Según una recién aprobada ley, estos lípidos, relacionados con graves problemas cardiovasculares, estarán prohibidos en todos los restaurantes, cafeterías y panaderías de la región. La normativa entrará en vigor en 2010.

A partir de 2011, las 'trans' tampoco podrán estar presentes en las tiendas minoristas que preparen productos horneados y las multas por violar la ley oscilarán entre los US$ 25 y los US$ 1.000. Sin embargo, los alimentos envasados no se someterán a la regulación.

Hace más de 4 años que Dinamarca desterró las 'grasas trans' de sus productos de alimentación y, desde entonces, países como Canadá han seguido sus pasos.



En 2006, New York se convirtió en la 1ra. ciudad de USA en luchar contra la presencia de las 'grasas trans' en los restaurantes, y luego le siguieron Philadelphia y Seattle. Ahora, se le suma un 1er. que tiene ciudades tan importantes como Los Angeles y San Francisco.

"California es líder cuando se trata de fomentar la salud y buena alimentación", ha afirmado el gobernador Arnold Schwarzenegger. "Hoy damos un gran paso en dirección a un futuro más sano para California", agregó. Será uno de sus legados cuando deje la gobernación.

¿Qué son las 'grasas trans'?

Las 'grasas trans' se obtienen a partir de un proceso industrial conocido como 'hidrogenación'. Estos lípidos se han utilizado durante décadas por la industria alimentaria ya que permiten mejorar el sabor, la textura e incluso la perdurabilidad de los productos.

Sin embargo, numerosos estudios han asociado su consumo con un aumento más que considerable de los problemas de corazón. Una revisión publicada en julio de 2006 en la revista 'The New England Journal of Medicine' apuntaba que consumir ingerir 5 gramos diarios de esos lípidos aumenta 25% el riesgo de sufrir un infarto.

En sus conclusiones, ese artículo también destacaba el hecho de que estos lípidos contribuyen a elevar el nivel de colesterol LDL o "malo", y a disminuir la presencia del HDL o "bueno".

Gracias a la nueva normativa, los restaurantes, panaderías y cafeterías de California -el estado más poblado de USA- deberán dejar de utilizar en sus cocinas cualquier tipo de grasa, aceite o margarina que contenga 'grasas trans'.

También los proveedores de estos establecimientos deberán someterse a la nueva regulación.

Según han anunciado las autoridades, se harán inspecciones sanitarias para vigilar que todos los locales cumplan la ley.

Antecedentes

Nacieron en la primera década del siglo 20, aunque su proliferación no llegó hasta los años '60. A partir de entonces, se extendieron rápidamente por su bajo costo y ya que se creía que eran un buen sustitutivo de las grasas de origen animal (saturadas), que, en exceso, tienen un efecto nocivo para la salud. Pronto pasaron a formar parte de muchos de los productos de bollería, tentempiés, horneados y artículos de comida rápida que millones de personas consumen cada día.

En 2004, el gobierno danés se convirtió en el primero en desterrar de su territorio a los ácidos grasos trans a través de una ley que prohíbe la presencia de más de un 2% de este lípido en cualquier alimento.

Desde hace menos de 1 año, Canadá y USA exigen detallar su presencia en el etiquetado de cualquier producto y ya son varias las ciudades norteamericanas las que parecen querer declarar la guerra a estos lípidos.

Mientras, en Europa, la situación es bien diferente. La polémica está servida en algunos países, como Reino Unido, y en otros el tema no parece prioritario. En nuestro país, la estrategia NAOS del Ministerio de Sanidad y Consumo para combatir la obesidad propugna reducir progresivamente la presencia de estas grasas en los productos alimenticios; sin embargo, aún no existe una normativa legal al respecto.

Las grasas trans están presentes de forma natural en los rumiantes, como las vacas u ovejas. Se generan a causa de la acción de determinadas bacterias en los estómagos de estos animales y se encuentran, en pequeñas cantidades, en su carne y los productos lácteos enteros. Sin embargo, no son este tipo de grasas las que preocupan a especialistas de todo el mundo, sino las que tienen su origen en la manipulación industrial.

A través de un proceso llamado hidrogenación es posible obtener este tipo de lípidos a partir de ciertas grasas vegetales. De forma sencilla y barata se obtienen así grasas y aceites de fritura que son muy útiles para la industria alimentaria, ya que permiten mejorar la perdurabilidad, el sabor y la textura de los productos.

"Hay multitud de estudios sobre el tema, es un asunto en plena ebullición y, aunque no está muy bien estudiado, ahora se ve que los ácidos grasos trans tienen una influencia parecida a las grasas saturadas", explica Wenceslao Moreda, miembro del Instituto de la Grasa, una entidad dependiente del CSIC.

A finales del pasado mes de julio, la revista 'The New England Journal of Medicine' publicó una revisión sobre este tema que repasó los últimos estudios científicos realizados sobre las grasas 'trans'. En sus conclusiones, ese artículo destacó, entre otras cosas, el hecho de que estos lípidos elevan el nivel de colesterol LDL o "malo", disminuyen la presencia del HDL o "bueno", favorecen la aterosclerosis y aumenta considerablemente el riesgo cardiovascular.

"El consumo de grasas saturadas conlleva un considerable daño potencial y, sin embargo, ningún beneficio aparente", apuntan los autores de ese estudio en el que se recuerda que ingerir 5 gramos diarios de esos lípidos aumenta 25% el riesgo de infarto.

La publicación de ese trabajo en el 'New England', que además recalmó al gobierno británico tomar cartas en el asuntos. En agosto, 4 grandes supermercados británicos anunciaron su decisión de retirar los ácidos grasos trans de sus propios productos.

Poco tiempo después, grandes empresas como Kellogg's, Nestlé o Cadbury Schweppes secundaron esta medida anunciando su intención de reducir o retirar por completo estos lípidos de sus artículos.

Hasta la fecha, el gobierno británico no ha preparado ninguna ley al respecto y la polémica sigue gracias a la actuación de Oliver Ticket, líder de TFX, una campaña que reclama una ley que obligue al sector alimentario (incluidos los restaurantes)a excluir por completo los ácidos grasos trans de sus artículos.

En USA, donde desde enero de 2006 se exige que todas las etiquetas nutricionales detallen la presencia de grasas trans en cualquier producto, también existe un movimiento popular contra las grasas trans. Al igual que la campaña inglesa, 'Ban Trans Fats' insta a la población a desechar estos lípidos de sus despensas y reclamar una legislación similar a la danesa.

Canadá exige la especificación de grasas trans en las equiquetas de sus productos. El gobierno canadiense, que encargó la elaboración de un informe a un comité de expertos, continúa tomando medidas contra las grasas trans y tiene visos de convertirse pronto en el segundo país del mundo que destierra de su territorio a estos lípidos.

En Islandia y Finlandia se ha reducido la ingesta de gransas 'trans' debido a la decisión de muchos productores de disminuir su presencia en sus artículos. En España, como en tantos otros, aunque se ha reconocido el efecto nocivo de las grasas trans sobre la salud y se aplica una normativa de etiquetado nutricional más estricta, no existe una normativa clara sobre el tema.

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California prohíbe las grasas 'trans' en restaurantes

California prohíbe las grasas 'trans' en restaurantes

El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, ha prohibido el uso de grasas trans (ácidos grasos insaturados) en los 88.000 restaurantes de su Estado. Ningún establecimiento que sirva comida podrá cocinar con margarina o aceites que contengan este tipo de grasas, uno de los productos cuyo consumo provoca mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.


California es el primer Estado en emprender una iniciativa de este tipo, pero sigue la estela de ciudades como Nueva York, Filadelfia y Seattle, donde ya se han implantado medidas similares. En 2007, Schwarzenegger ya había prohibido el uso de grasas trans en la preparación de las comidas que se sirven en los colegios y demás centros educativos, medida que también adoptó Oregón. "California es el líder en promover una alimentación saludable, y estoy contento de poder continuar con esta tradición", dijo Schwarzenegger el pasado viernes.


La prohibición entrará en vigor el uno de enero de 2010. Los restaurantes tienen un año y cuatro meses para adaptarse a ella. Primero, los establecimientos deberán eliminar totalmente la margarina del menú. Posteriormente, tendrán 12 meses para dejar de utilizar aceites elaborados con estos ácidos grasos en frituras y repostería. A partir de entonces, los inspectores alimentarios del Estado podrán imponer multas a los establecimientos de entre 25 y 1.000 dólares (entre 16 y 637 euros). Las comidas envasadas y congeladas quedan al margen de la normativa.



Arnold alois Schwarzenegger

arnold Schwarzenegger

Nacimiento: 30-07-1947
Lugar: (Graz)

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Estados Unidos

Estados Unidos

Capital: Washington.
Gobierno: República Federal.
Población: 290.000.000 (2004)

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sábado, 12 de julio de 2008

Ácidos grasos trans en el embarazo, lactantes y en edad preescolar

25 JUN 08 | Desarrollo
Ácidos grasos trans en el embarazo, lactantes y en edad preescolar
Su importancia para el desarrollo neural y el crecimiento del niño.
 
Dr. Sheila M. Innis.
Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Esp. Medicina Interna.

 

Introducción

Los ácidos grasos trans (AGT) presentes en la dieta provienen de dos fuentes, la hidrogenación industrial parcial de las grasas y aceites que contienen ácidos grasos insaturados cis y, la leche y la carne de animales rumiantes, como resultado de la biohidrogenación de los ácidos grasos en el rumen. Mientras que en algunas mantecas o productos grasos los AGT pueden representar el 60% de los ácidos grasos, en general, corresponden al 2 a 5% de los ácidos grasos que se encuentran en la grasa de los lácteos y las carnes vacunas.

El consumo promedio estimado de AGT en países occidentales en las décadas de 1980 y 1990 fue de 2,5 a 13 g/persona/día, con una ingesta promedio más elevada en Estados Unidos y Canadá que en Europa. Hasta 2000, En Estados Unidos y Canadá el 80 a 90% de los AGT de la dieta provenían de los lácteos y las carnes vacunas. Sin embargo, la disminución del uso de las grasas parcialmente hidrogenadas por la industria alimenticia ha generado un descenso en el consumo de AGT producidos industrialmente en muchos países.

Los ácidos araquidónico (C20:4n-6, ARA) y docosahexaenoico (C22:6n-3, ADH) son muy importantes para el crecimiento prenatal y postnatal y el desarrollo. Debido a que el ARA se halla en los fosfolípidos de la membrana celular de todo el cuerpo, y es importante como precursor eicosanoide, segundo mensajero, vías de señalización y división celular, influye sobre el crecimiento y el desarrollo. El ADH se acumula en forma selectiva en los aminofosfolípidos de las membranas en la retina y la sustancia gris del cerebro y es importante para la visión y la función neuronal. Ambos ácidos se sintetizan a partir de los ácidos grasos esenciales de la dieta, los ácidos linoleico y alfa linoleico, respectivamente.

Las dietas que comprometen la ingesta de ácidos grasos n-6 y n-3, o que alteran el metabolismo o la incorporación de n-6 y n-3 en el desarrollo tisular pueden, por lo tanto, tener efectos adversos sobre el desarrollo fetal e infantil. Estos efectos adversos potenciales de los AGT tienen lugar por varias vías: la inhibición de la desaturación de los ácidos linoleico y alfa linoleico para pasar a ARA y ADH, el metabolismo adicional de monoenoico trans, los ácidos grasos n−6 o n−3 inusuales provenientes de isomeros inusuales de ácidos grasos que son incorporados en los tejidos e interrumpen la función de la membrana o las vías eicosanoides o, a través de la destrucción de los ácidos linoleico y alfa linoleico durante la hidrogenación industrial, llevando a la pérdida de ácido linoleico y particularmente, de alfa linoleico de los alimentos.

Este estudió hace una revisión de la exposición a AGT durante el crecimiento y el desarrollo secundario a la dieta materna en el embarazo y la lactancia, y a través de la dieta de los lactantes y primera infancia.

Transferencia placentaria de ácidos grasos y desarrollo fetal

Aunque varios estudios han explicado los mecanismos que facilitan la transferencia preferencial de ARA y ADH por la placenta, está claro que los AGT de origen industrial y los naturales derivados de la dieta materna son transferidos al feto humano en desarrollo. Por otra parte, las concentraciones de AGT, como así del ácido linoleico, el ácido alfa linoleico, el ARA y el ADH en los lípidos del plasma materno están positivamente correlacionadas con el nivel de los mismos ácidos grasos en el plasma de los niños y los lípidos del cordón umbilical al nacer, indicando que la existencia de la transferencia materno fetal, y por lo tanto la exposición del feto, depende de la concentración de determinados ácidos grasos en el plasma materno, y por lo tanto de la ingesta. Los estudios canadienses realizados en embarazadas normales a las 36 semanas de gestación comprobaron concentraciones medias de 4% de AGT en los triglicéridos del plasma materno y 2,9% de AGT en los triglicéridos del plasma de los recién nacidos; sin embargo, los límites de las concentraciones de AGT fueron amplios (límite superior de AGT de los triglicéridos en el plasma materno y del niño, 7,9 y 12,8%, respectivamente).

En los adultos, se demostró que las cantidades elevadas de AGT, similar a aquellas ingeridas por las embarazadas y el feto antes de nacer, tienen efectos adversos sobre el colesterol total, la relación colesterol total/colesterol HDL y los marcadores inflamatorios. También se publicó la evidencia de que los AGT alteran la expresión de los genes relacionados con la sensibilidad a la insulina y el riesgo de diabetes tipo 2, lo cual también es importante en la gestación y el crecimiento. Existen datos no publicados que muestran diferencias en el metabolismo de los lípidos o en los lípidos plasmáticos debido a la elevada exposición a los AGT de las embarazadas y niños. La mayor fuente de AGT de la dieta en Canadá son los alimentos de panadería, los cuales constituyen el 33% de la ingesta de AGT, mientras que las comidas rápidas, panes, margarinas y mantecas proveen 22, 10 y 8% de la ingesta total de AGT, respectivamente.

Numerosos estudios experimentales y clínicos han aportado evidencia de que el ADH es importante para el desarrollo visual y neural, en particular durante la primera etapa del desarrollo. En los animales, la ingesta materna inadecuada de ácidos grasos n-3 provoca la disminución del ADH acumulado en el cerebro fetal, la alteración del metabolismo de los neurotransmisores y el descenso en la capacidad para el aprendizaje de las conductas. Los estudios recientes en seres humanos también indican que el estado del ADH materno durante el embarazo se asocia positivamente con el desarrollo neural del niño. Por otra parte, en los niños prematuros, el ARA y el ADH se asocian positivamente con el crecimiento y los índices de desarrollo visual y nervioso, respectivamente. Algunos estudios han mostrado una asociación inversa entre el ARA y el peso al nacer del niño y la duración de la gestación, como así entre los AGT y la duración de la gestación y el peso al nacer.

Sin embargo, como los AGT están inversamente relacionados con los ácidos linoleico y alfa linoleico en el plasma materno, las mujeres que consumen más AGT provenientes de alimentos que contienen ácidos grasos parcialmente hidrogenados también pueden consumir menos ácidos linoleico y alfa linoleico de los alimentos. Si la ingesta de AGT interfiere o no con el metabolismo de estos ácidos en los seres humanos todavía no se sabe, aunque está claro que la ingestión de ácidos grasos n-3 es baja en las mujeres y los niños pequeños que siguen dietas occidentales.

Leche materna y desarrollo infantil

La leche materna humana es la única fuente de nutrición para los lactantes y brinda todos los ácidos grasos esenciales necesarios para su crecimiento y desarrollo. En promedio, la leche materna provee 3,7 g de grasa/100 mL, representando cerca del 50% de la ingesta calórica diaria de los niños pequeños. El elevado contenido graso de la leche humana genera una mayor exposición a los ácidos grasos. Muchos estudios han documentado la presencia en la leche humana de los AGT de los aceites parcialmente hidrogenados y de las carnes vacunas. Por otra parte, los estudios de intervención dietaria han comprobado rápidas modificaciones en la secreción de AGT en la leche humana con el agregado o la eliminación de isómeros de AGT en la dieta de las mujeres durante la lactancia.

Estos estudios muestran claramente que el niño alimentado con leche materna no está protegido contra la exposición a los AGT por mecanismos inherentes a la glándula mamaria sobre la secreción selectiva de ácidos grasos. Esto se refleja muy bien en la estrecha relación lineal entre la concentración de AGT de la leche materna y en los triglicéridos plasmáticos de los niños alimentados con leche materna, lo que también demuestra que la ingesta de AGT por parte de la madre determina directamente la exposición del niño. El análisis de la lecha humana madura en Canadá hacia fines de la década de 1990 mostró concentraciones medias de AGT de 7,1 g (2,2-18,7 g AGT/100 g de ácidos grasos de la leche).

La exposición a los AGT de los niños alimentados con leche materna puede calcularse a partir de los valores límite de AGT de la leche humana, asumiendo que un 50% de la energía proviene de las grasas y de una ingesta de 780 mL/día de leche materna por parte del niño. "En nuestros estudios comprobamos que en la década de 1990, en Canadá, los lactantes consumieron 1,1-9,5% de energía de los AGT, equivalente a 0,7–5,4 g/día/lactante, con valores promedio de 3,5% de energía y 2,0 g/día. Las implicancias de las ingestas elevadas de AGT para los lactantes se desconocen. Las fuentes dietarias más importantes de AGT entre las madres en ese momento eran los productos de panadería y los panes (34% de la ingesta), bocados y comidas rápidas (25% de la ingesta)."

En 2003, Canadá comenzó a ser el primer país en anunciar el contenido de AGT por porción en las etiquetas de los alimentos, lo que pasó a ser obligatorio en diciembre de 2005. La industria ha respondido rápidamente y las grasas parcialmente hidrogenadas han sido reemplazadas en muchos productos, como los panes, galletitas, crackers y frituras.

Según datos no publicados de análisis canadiense reciente, la concentración media de AGT (excluyendo el ácido linoleico conjugado) en la lecha humana fue 5,3 (2,9-8,8 g/100 g de ácidos grasos de la leche). Por lo tanto, dicen los autores, mientras que el límite inferior de AGT no ha variado en la leche humana, en los últimos 6 años su límite superior ha disminuido un 50%, de 18,7 a 8,8 g/100 g,, como consecuencia de la disminución del uso industrial de grasas parcialmente hidrogenadas en muchos productos alimenticios de Canadá. Basados en los trabajos de Chen y col., los autores afirman que el mayor impacto de la reducción de los AGT en los productos alimenticios industriales ha sido la disminución del 50% del límite superior de la ingesta de AGT.

Desarrollo en la primera infancia

Existe poca información acerca del consumo de grasas de los niños en edad preescolar, aunque este grupo etario es vulnerable a las deficiencias nutricionales debidas a sus elevados requerimientos de nutrientes esenciales para sustentar el rápido y continuado crecimiento y desarrollo. Hace poco tiempo, los autores demostraron que en Canadá, los niños preescolares consumían un promedio de 33% de energía proveniente de las grasas, con 13; 12; 3,6 y 0,7% de energía de las grasas saturadas, monoinsaturadas, ácido linoleico y ácido alfa linoleico, respectivamente. La ingesta promedio de AGT fue 4,8 g/día, lo que representa 1,8% de la ingesta calórica total, con límites de ingesta en los percentilos 5 a 95 de 1,5-10 g/niño/día.

Como en los adultos, la distribución del consumo no fue precisa, ya que algunos niños consumieron muy elevadas cantidades de AGT. Cuando la evaluación se hizo a través de la fosfatidiletanolamina de los hematíes, se comprobó una tendencia lineal inversa significativa entre la ingesta de AGT y el estado ADH, lo que indica, dicen los autores, que los AGT pueden interferir con la formación del ADH a partir del ácido linoleico o que las dietas ricas en AGT también son la dietas que tienen un contenido bajo de ácidos grasos n-3.

"Aunque todavía no se pone demasiada atención en la calidad de las grasas que integran la dieta de los niños en edad preescolar, el desarrollo de la función neural continúa durante la primera infancia." Los responsables del estudio destacan que los niveles del ADH en los hematíes de los niños de 1,5 a 5 años son menores que en los lactantes alimentados con leches maternizadas sin ADH, en quienes se ha comprobado un aumento de la agudeza visual y las mediciones del desarrollo neural luego de mejorar su status ADH. 

Resumen

Los niños están expuestos a los AGT provenientes de la dieta materna, antes y después de nacer, por transferencia placentaria y por la secreción en la leche humana. La similitud de las concentraciones en la madre y el niño indica que no existen mecanismos reguladores que protejan el desarrollo infantil de los efectos adversos de los consumos maternos elevados de AGT. El uso industrial de grasas y aceites parcialmente hidrogenados, en particular productos de panadería y alimentos procesados, son ampliamente consumidos por las mujeres y los niños, lo que da como resultado la exposición a grandes cantidades de AGT que tienen efectos adversos sobre la salud, a través de la alteración lipídica y los marcadores inflamatorios en los adultos.

Por otra parte, la exposición elevada a los AGT se relaciona con niveles más bajos de ADH, un ácido graso importante para el desarrollo y la función neural normales. Estas consideraciones avalan las estrategias para eliminar efectivamente los AGT provenientes de fuentes industriales en las dietas de las embarazadas y durante la lactancia, y en los niños pequeños, mientras que se debe mejorar la ingesta de ácidos grasos n-3



Referencias

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jueves, 10 de julio de 2008

Las etiquetas sobre grasa trans se complican

Las etiquetas sobre grasa trans se complican

Estudio señala que el panel de los datos nutricionales dificulta tomar decisiones saludables

Por E.J. Mundell
Reportero de Healthday


(FUENTES: Elizabeth Howlett, Ph.D., professor, marketing, University of Arkansas, Fayetteville; Lona Sandon, M.Ed., R.D., assistant professor, University of Texas Southwestern Medical Center at Dallas, spokeswoman, American Dietetic Association, and chair-elect, the Nutrition Educators of Health Professions; Spring 2008, Journal of Public Policy & Marketing)

LUNES 30 de junio (HealthDay News/Dr. Tango) -- ¿Son 3 o 4 gramos de grasas trans en una porción de comida al horno o frita malos para usted o puede dejar de preocuparse?

Respuesta: Nunca es saludable porque ninguna cantidad de esta grasa artificial que obstruye las arterias es buena para usted.

Sin embargo, un estudio reciente sugiere que el panel de datos nutricionales que se encuentra a un lado de los productos del supermercado no hace un buen trabajo para dar a conocer este mensaje a los consumidores.

"Es muy engañoso simplemente dar una cifra", arguye Elizabeth Howlett, autora del estudio y profesora de marketing de la Universidad de Arkansas en Little Rock.

Su equipo halló que el consumidor promedio interesado en su salud con frecuencia resulta engañado por la información sobre grasas trans que se encuentra en el panel de datos nutricionales.

El problema principal es que, debido a que cualquier cantidad, por pequeña que sea, es mala para usted, no tiene sentido poner un porcentaje de "valor diario recomendado", como se hace con otros ingredientes como el azúcar, o las grasas totales o saturadas. Entonces, a los consumidores les queda una cifra, digamos 2, 3 o 4 gramos de grasas trans por porción, pero no tienen manera de saber qué tan poco saludable podría ser.

Además, en comparación con la cantidad de calorías o carbohidratos mencionados en el panel de datos nutricionales, que con frecuencia puede ser de docenas o de cientos de unidades, unos pocos gramos de grasa "trans" podrían parecer inofensivos, señaló Howlett. En ese contexto, los consumidores piensan con frecuencia que 4 gramos parece algo bueno, explicó.

En realidad, la American Heart Association establece que cualquier cantidad superior a 2 gramos diarios de grasas "trans" definitivamente es mala para usted y es preferible que la ingesta no suba de cero.

Sin embargo, el consumidor promedio no sabe esto. En un informe en una edición reciente de la Journal of Public Policy & Marketing, Howlett y sus colegas le pidieron a cerca de 600 adultos que evaluaran el valor nutricional relativo de varios tipos de galletas saladas a partir de las etiquetas de datos nutricionales que se manipularon para mostrar niveles diversos de grasas trans por porción.

Todos los participantes tenían buenas razones para permanecer saludables. En un experimento, los voluntarios eran diabéticos y en otro se les había diagnosticado enfermedad cardiaca.

Aún así, el equipo de Arkansas halló que, en ausencia de cualquier educación sobre la cantidad de grasa trans diaria que sea buena o mala, la mayoría de los participantes no logró relacionar 3 o 4 gramos de este tipo de grasa por porción con el riesgo cardiovascular.

"Cuando usted le dice a alguien que el nivel de grasa trans que contiene un producto y no se le da ninguna guía sobre cómo evaluar el significado de la cifra, se pueden apresurar conclusiones falsas", advirtió Howlett.

La adición de las grasas trans a la lista de ingredientes en el panel de datos nutricionales es el primer cambio importante en la etiqueta desde que la U.S. Food and Drug Administration la lanzó por primera vez en 1994. Howlett no ofreció una solución para hacer que la interpretación de la etiqueta fuera más fácil para los usuarios, aunque considera que "debe haber algún componente educativo o una campaña" si se hacen cambios al panel de datos nutricionales.

"Eso es algo que la FDA va a tener que resolver", dijo.

Una nota en la etiqueta sí pareció ayudar a los participantes a tomar decisiones más saludables sobre su comida, aseguró Howlett. Si en el empaque aparecía un letrero en el que el fabricante sostenía que el producto era "bajo en grasas trans" o "sin grasas trans", fue más probable que los participantes lo consumieran.

Howlett apoya el uso de esas afirmaciones, si son válidas, aunque anota que los consumidores de todos modos necesitan leer el panel de datos nutricionales con detenimiento. Esto se debe a que un producto podría no contener grasas trans pero de todos modos podría ser rico en grasas saturadas o azúcares poco saludables, señaló.

Determinar cuánta grasa trans hay en la comida de restaurante podría ser aún más difícil. "Los consumidores saben muy poco sobre alimentos no preparados en casa", señaló Howlett. "La información está ahí si los consumidores desean encontrarla, pero la mayoría no está los suficientemente motivado para buscar en internet exactamente cuántas calorías y gramos de grasa y grasa trans contienen los productos [de restaurante]".

Pero las consecuencias de no saberlo pueden ser terribles para el corazón. Según un estudio de 2006 del Center for Science in the Public Interest, un combo usual de tres piezas en Kentucky Fried Chicken contiene la asombrosa cantidad de 15 gramos de grasas trans.

En la ciudad de Nueva York, los comensales pronto van a encontrar que es más fácil evitar grasas trans en los restaurantes. A partir del martes, las autoridades sanitarias de esa ciudad están prohibiendo las grasas trans en los artículos de los menús de los restaurantes en la ciudad más grande del país. En Filadelfia se implantará una prohibición similar en septiembre.

Y en los supermercados, lentamente están mejorando las cosas. La mayoría de los fabricantes de alimentos procesados y empacados del país están comenzando a retirar las grasas trans de sus productos. Aún así, sigue siendo un componente principal de muchos productos. Por ejemplo la Garlic Bread Crust Pepperoni Pizza For One de Digiorno contiene 3.5 gramos de grasa trans por porción, así como 16 gramos de grasa saturada, según su panel de datos nutricionales. Los Drake's Coffee Cakes también contienen 2.5 gramos de grasa trans por porción (2 pasteles), según el panel de ese producto.

Todo esto significa que hay que hacer más para educar a los consumidores acerca de los peligros de cualquier nivel de grasa trans, advirtió Howlett. Considera que la FDA necesita aprender de la confusión actual que rodea las cifras de las grasas trans para ayudar a los consumidores a interpretar mejor el panel de datos nutricionales la próxima vez que se implemente algún cambio.

"Si va a haber más cambios, porque nadie sabe lo que van a encontrar después, también necesita haber algo de guía para los consumidores para que puedan evaluar esta información", señaló Howlett. "Estamos tratando de hacer saber que los consumidores necesitan tomar decisiones informadas cuando necesitan tomar una decisión".

Más información

Para más información sobre las grasas trans, visite la American Heart Association.



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Nueva York prohíbe grasas hidrogenadas en los alimentos

Nueva York prohíbe grasas hidrogenadas en los alimentos
 

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Nueva York, Efe
Las grasas hidrogenadas, conocidas como «trans», están prohibidas desde ayer en los establecimientos y supermercados de Nueva York, la primera ciudad estadounidense en adoptar una medida tan restrictiva sobre ese componente, que favorece la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

«Desde el 1 de julio de 2008 los establecimientos de servicio de comidas no podrán almacenar, usar o servir ningún alimento que contenga aceites, mantecas o margarinas vegetales parcialmente hidrogenados con 0,5 gramos o más de grasas trans por porción», explica el Departamento de Salud de Nueva York en su página web.


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Nueva York prohíbe las grasas hidrogenadas en los alimentos

Nueva York prohíbe las grasas hidrogenadas en los alimentos
  1. • El producto, que es muy utilizado en repostería y panadería, bloquea las arterias
  2. • La medida, que ya se aplicaba en los restaurantes,seamplía al resto de comercios
NOELIA SASTRE
NUEVA YORK

La batalla viene de lejos. Michael Bloomberg, el millonario alcalde neoyorquino, se ha propuesto mejorar la salud de sus votantes a golpe de prohibición. Primero fue el tabaco. Después ha sido el turno de las grasas trans, también conocidas como aceite vegetal parcialmente hidrogenado, con tantas calorías como otras grasas pero con una peligrosa particularidad: bloquean las arterias.
Hace año y medio fueron los restaurantes los que tuvieron que prescindir de este producto para cocinar. Pero desde el martes, el veto se ha expandido, porque se ha ampliado a todos los establecimientos que sirven comida, ya sean supermercados, tiendas o locales que vendan alimentos preparados, incluidas las panaderías y las pastelerías. Aquellos que sigan echando mano de las grasas trans podrán ser multados con hasta 2.000 dólares (1.260 euros).

LA PARADOJA
La cruzada antitrans entra en un nuevo plano. Se trata de eliminar el aceite vegetal procesado, un producto que la industria de la alimentación presentó en los 80 como la gran alternativa al aceite de origen animal. Por consejo de los expertos se sustituyó la mantequilla por la margarina porque era "más sana" y luchaba contra el colesterol (un cambio que en Estados Unidos se produjo mucho antes, en la segunda guerra mundial, cuando la margarina sustituyó a la racionada mantequilla). Ahora, sin embargo, los nutricionistas dicen que el sello "100% vegetal" no es ninguna garantía: aunque la grasa vegetal es inofensiva, no lo es el tratamiento industrial (la hidrogenación) usado para prolongar la vida de los alimentos y potenciar su sabor.
Los chefs se han puesto manos a la obra para ofrecer bollería y comida preparada (las dos grandes pesadillas de las arterias) sin grasas trans, que son las que le dan el aspecto crujiente a las patatas fritas y la mejor forma a los hojaldres.
Además, para allanar el camino en esta transición, Nueva York ha puesto en marcha el Trans-Fat Help Center. Su directora, Laura Stanley, afirma que han recibido quejas sobre las famosas cookies. Sin estas grasas, las pastelerías alegan que no logran el clásico aspecto de las galletas más consumidas del país. "Estos problemas se resolverán", dice Stanley, que ofrece consejos en la web del centro (www.notransfatnyc.org), donde se explica cómo freír de forma sana y se incluye una lista de los productos con "cero grasas trans" junto a sus precios.
Dunkin' Donuts, Burger King, McDonald's, KFC y Pizza Hut aseguran haberlas eliminado de sus locales neoyorquinos y prometen hacer lo mismo en el resto. En el caso de Pizza Hut, incluso alterando la receta de su pizza "crujiente". Todos parecen estar utilizando a Nueva York como si fuera un laboratorio.


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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
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jueves, 3 de julio de 2008

La dieta de los esquimales / Rica en aceites Omega-3 y Omega-6

La dieta de los esquimales / Rica en aceites Omega-3 y Omega-6


Getty Images
La dieta de los japoneses, en la que abunda el Omega 3 y Omega 6, previene enfermedades del corazón y efectos anti-edad.
EFE


Los ácidos esenciales
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Se ha comprobado que la dieta de los esquimales y los japoneses, en la que abundan distintas variedades de pescado azul que contiene Omega-3 y Omega-6, les ha hecho menos proclives a las dolencias cardiovasculares y al envejecimiento. La propia American Heart Association (AHA) asegura que estos ácidos grasos benefician tanto al corazón de las personas sanas, y los que están en alto riesgo o sufren de enfermedades cardiovasculares.

Los ácidos esenciales

"Los Omega 3 y 6 son ácidos grasos esenciales que el cuerpo no libera. Es decir, que sólo podemos adquirir de la comida. Estos reducen inflamación, el riesgo de enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer, incluyendo el de seno y el de próstata", afirma Carissa Rivas, nutricionista de Susan's Healthy Gourmet, una compañía que tiene un programa de alimentación antiage.

Hasta hace unos años se consideraba que los ácidos grasos esenciales eran de por sí dañinos para nuestra salud. Pero investigaciones recientes han demostrado que no sólo resultan beneficiosos sino también que están directamente implicados en el mantenimiento de la fluidez de las membranas celulares y en otras funciones importantes de nuestro organismo.

Pueblos muy acostumbrados al consumo de pescado azul y mariscos, como los esquimales y los japoneses, padecen proporcionalmente menos afecciones cardiovasculares que habitantes que tienen otra variedad alimenticia, dictan los estudios.

"Estas grasas saludables, monosaturadas y polisaturadas tienen importantes beneficios para prevenir enfermedades del corazón y efectos anti-edad para el cuerpo y la piel", añade Vincent Giampapa, médico experto en antienvejecimiento y autor de The Gene Makeover: The 21st Century Anti-Aging Solution.

Además, la abundancia del omega 3 y el omega 6 puede incluso contribuir a combatir la depresión y la disminución de las defensas naturales del cuerpo.

También ha quedado demostrado que estas sustancias se transforman en prostaglandinas, necesarias para regular los sistemas reproductivo, inmunológico y digestivo. Las prostaglandinas son responsables también de la respuesta del intestino  a la agresión por parte de algún alimento contra el que se ha desarrollado sensibilidad de tipo alérgico.

De acuerdo con Giampapa, los siguientes alimentos son excelentes fuentes de omega-3 y omega-6:

    * Los aceites de pescado (un promedio de bacalao, fletán o halibut, caballa o macarela, salmón y rockfish)
    * Aceite de hígado de pescado (bacalao del Atlántico)
    * Mariscos (ostra del Pacífico)
    * Nueces y aceites de semillas como: castaña, nuez de la india, cacahuete, Calabaza, ajonjolí, girasol, linaza, maíz.
    * Aceite de algodón, de  canola y de soya.
    * Aceite de germen de trigo

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lunes, 30 de junio de 2008

Grasas trans / El top ten de las comidas prohibidas para la salud

El top ten de las comidas prohibidas para la salud

Son alimentos que contienen grasas trans, que aumentan el riesgo de sufrir ateroesclerosis y enfermedades coronarias. Qué debe evitar para no consumir este tipo de sustancias

Las grasas trans son las que surgen del proceso industrial de hidrogenación por el que pasan las vegetales, cuyo resultante es un tipo de grasa que sólo en los Estados Unidos causa alrededor de 30 mil muertes por año.

Si bien durante años se proclamó que el aceite vegetal es mucho mejor que el de origen animal, especialmente para el colesterol, los procesos industriales por los que éstas pasan para aumentar su duración los transforman.

Con el fin de prolongar la vida de estas grasas y potenciar su sabor, las industrias de alimentación someten a las grasas vegetales a un proceso llamado hidrogenación, que básicamente consiste en aumentar el número de átomos de hidrógeno de los ácidos grasos poliinsaturados que predominan en los aceites de semillas, como girasol o soja.

Así, los ácidos grasos poliinsaturados de estos aceites vegetales cambian su estructura natural, llamada cis, por una artificial de tipo trans. Y su composición y estructura -que se anuncia como 100% vegetal- acaba teniendo poco que ver con las de un aceite vegetal natural.

Recientes estudios revelaron que las grasas trans hacen descender el colesterol "bueno" (HDL) y elevan el "malo" (LDL), aumentando el riesgo de arteriosclerosis.

Pero, también, los ácidos grasos de tipo trans pueden inhibir algunas transformaciones de otros ácidos grasos esenciales, retrasando el crecimiento y la maduración del cerebro.

En los Estados Unidos determinaron que el riesgo de sufrir enfermedades coronarias es un 66% mayor entre consumidores habituales de margarina que entre quienes no la consumen.

Mientras se apruebe una legislación que regule el tratamiento de estas grasas la única solución es disminuir voluntariamente su consumo.

Actualmente, se calcula que la dosis media de grasas trans en América del Norte y Europa es de unos 5,5 gramos, aunque puede llegar a rozar los 13 gramos diarios en casos concretos. Lo ideal es evitarlas y eliminarlas después completamente.

Además, se sospecha que una acumulación de ácidos grasos trans en la  dieta  de la madre pueda influir en un peso menor del bebé al nacer, predisponiéndole a padecer enfermedades cardiovasculares.

Precauciones en el hogar

Además de los procesos industriales, algunos tratamientos domésticos, como la fritura, pueden acabar transformando los ácidos grasos en trans. Una fritura mal realizada acaba por oxidar y descomponer el aceite, modificando su estructura. Por eso se recomienda el uso de aceite de oliva virgen, no superar nunca los 180º C y no reutilizar el aceite nunca más de tres o cuatro veces.

Los 10 prohibidos

Patatas fritas (150 g): 7 gr. de grasas trans.
Pastel de manzana industrial (1 unidad): 6 gr. de grasas trans.
Bollo industrial (1 unidad): 5-6 gr. de grasas trans.
Hamburguesa (200 gr.): 3 gr. de grasas trans.
Quesito (1 unidad): 2,2-5,2 gr. de grasas trans.
Magdalena (1 unidad): 1-2,1 gr. de grasas trans.
Galletas (2 unidades): 1,3 gr. de grasas trans.
Margarina (1 cucharada): 0,9 gr. de grasas trans.
Panecillo comercial (1 unidad): 0,85 gr. de grasas trans.
Fuente: Infobae.com
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